jueves, 8 de octubre de 2009

Amor pasajero



Todo en mi mundo parecía derrumbarse de a poco y mi corazón fundido en tinieblas se caía a pedazos. La crueldad de los días recaía sobre mí y eso reflejaba en mi cuerpo…en cuerpo y alma.
Lo único que recaía era la soledad…hasta que lo vi. Estaba allí, solo, sentado en la vereda. Tal vez pensativo, tal vez imaginando…y yo permanecí posada sobre el piso tras una puerta…observándolo. Contemplándolo. De pronto el deseo de tenerlo cerca era lo único que podía sentir. Ese deseo que se tiene la primera vez que el amor llega a las puertas del corazón. Un deseo que no cambiaria por nada ni nadie. Ese hermoso deseo de estar enamorada. Así continuamente me veía reflejada en el espejo. Y el…el siempre en el mismo lugar. En ese lugar donde su encanto bombardeaba las puertas y las paredes, pidiendo a gritos ser tomado…de apoco…despacito…
La tarde recaía, pero esta vez no dolía, sino que reía. Reía al compás de la vida. En un momento note un movimiento…yo temblaba mientras el se acercaba…
Y sin sentir aliento…del brazo me tomo y me beso. Me beso con tanta dulzura y pasión aferrando su cuerpo al mío con templanza y lujuria conjunta. No se que sentí pero me vi obedeciéndole. Sentía su locura en mis labios dejándome sin poder respirar más aire que el que desprendía de su cuerpo. Al soltarme, un suspiro nuestro salto…
Las campanas retumbaban en mis oídos. Todo se tiñó de colores.
---Te amo y siempre lo he hecho…este es el momento de decírtelo y no preguntes porque pero lo creí correcto antes de alejarme---me dijo y su voz varonil y corta replico un impulso en mi---Te amo…---Y sin dejarme decir nada me beso nuevamente y se fue…Jamás lo volví a ver y el lugar donde se encontraba vacío quedo, mientras una lagrima de mi mejilla callo.
Pero sobre la mesa, al acercarme, un papel encontré y en ese papel con letras doradas y perfumadas decía por última vez…



“Amor:
Siento dejarte así…pero por razones que jamás podrás comprender…debo partir. No se si tu perdón alguna vez tendré, pero yo querida, te aseguro, que jamás te olvidare. Soy tuyo…tuyo por siempre…por siempre y para siempre. Querido amor…tú no sabes como llora en silencio mi corazón…amor, mi gran y único amor…”
A.B.M
Corrí dejando caer el papel…corrí, desesperada por el campo sin rumbo intentando tal vez encontrarlo.
Y allí sobre el pasto arrodillada quede. Acostándome de apoco que de tendida con la mirada al cielo. Con la mirada perdida entre las nubes. Jamás volví a sentir su calor sobre mi piel…a ver su mirada sobre la mía y sonreír otra vez…

Fin

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